Llevas tiempo entrenando, has conseguido algunas de las metas que te habías propuesto, pero hoy de repente empiezas a notar los efectos de la desmotivación. ¿Te suena esta situación? Si crees que describe tu caso, ya habrás llegado a la conclusión de que algo te falta: la motivación necesaria para entrenar a la hora de hacer deporte.
¿Qué es lo que realmente te motiva a entrenar? Nada motiva más que recordar para qué entrenas. Ahora bien, un poco de Teoría siempre viene bien para ubicarnos. Empecemos por lo básico.
¿Qué es la motivación?
La motivación es el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Motivación es tener motivos, que no ganas, para realizar una acción.
Ahora bien, existen muchas teorías que intentan explicar qué nos motiva y principalmente las podemos dividir en dos corrientes: Teorías de Contenido-Satisfacción: basadas en el estudio de aspectos como las Necesidades, las Aspiraciones y el Nivel de satisfacción de las mismas y Teorías de Proceso: centran su estudio en el proceso de pensamiento por el cual la persona se motiva. Así mismo, en función de dónde se quiera poner el foco, obtenemos los diferentes tipos de motivación.
Motivación Extrínseca
Surge de la esperanza de obtener un beneficio externo al de la propia acción. Los motivos que hacen actuar a la persona son ajenos a la propia acción, materializadas como dinero, ascenso, compromisos… Ejemplo: me he apuntado al gimnasio porque mi médico me ha dicho que si no bajo el colesterol tendrá que ponerme un tratamiento con medicamentos muy fuertes.
Motivación Intrínseca
Surge de lo más profundo de nuestro ser y está ligada a nuestros valores y propósitos de vida. Es impulsor de la acción sin necesidad de incentivos externos. Ejemplo: hago ejercicio para sentirme ágil y autónomo y así poder jugar con mis nietos.
A tener en cuenta sobre lo que nos motiva… No a todas las personas les motiva lo mismo. Las motivaciones varían con el tiempo y con los diferentes entornos de la persona. Sentirse útil y capaz es uno de los mayores Motivadores. La satisfacción por lo bien hecho es por sí mismo un gran motivador. Si lo que queremos es motivar a otra persona debemos conocer sus necesidades y conseguir alinearlas a un objetivo importante para ella.
Cuando llegamos al agotamiento psíquico en el que las actividades y deportes que antes nos apetecía realizar, ahora no nos apetece ni comenzar… Para!!! Toma conciencia de lo que está sucediendo y pregúntate ¿Qué ha cambiado? o mejor aún ¿Qué ha cambiado en mí, para que ahora ya no me atraiga hacer ejercicio?
¿Qué te mantiene motivado por más tiempo? Antes de preguntarte, qué te motiva o por qué has perdido la motivación, quizás tendrías que buscar la respuesta a alguna de estas preguntas:
¿Qué actividad disfrutas como un niño? Si pudieras elegir, ¿Qué te gustaría mejorar en ti? ¿Con quién te gustaría entrenar? Si de todos los deportes que hay, tuvieras que elegir uno, ¿con cuál te quedarías? ¿Qué deportista te Inspira? Y ¿Qué hace para inspirarte? Esto claro que te ayudará.