La diseñadora lanzó una colección que evoca los mejores detalles del italiano junto con las supermodelos de los años 90.
Gianni Versace empezó su carrera como arquitecto, luego en 1970 se hizo diseñador en Milán para ‘Genny’ y ‘Callaghan’ y en septiembre de ese mismo año participó en Milán Fashion Week como independiente, junto a su compañero Jorge Saud, quien más tarde se volvería colega de Giorgio Armani.
Su éxito tempranero lo llevó a crear Versace, casa que alcanzó la fama en los años 80 cuando usó materiales exuberantes y diseños fuera de serie para estrellas del momento como Liz Hurley, Elizabeth Berkley y supermodelos como Cindy Crawford, Carla Bruni, Naomi Campbell, Helena Christensen y Claudia Schiffer.
Estas últimas se convirtieron en referente de la marca, luego de que el 15 de julio de 1997 Gianni Versace muriera baleado al frente de su mansión en Miami por el estadounidense Andrew Cunnanan, quien se suicidó horas después en el yate del diseñador.
20 años después Donatella Versace, actual dueña de la empresa, llamó a las modelos para lucir una colección de tonos dorados, plateados y coloridos que emulan los años en los que Versace eran sinónimos de opulencia, lujo y exclusividad frente a otras marcas de moda.
El desfile se llamó ‘Tributo a Gianni Versace, celebración de su vida y obra’. Su hermana, Donatella, eligió cuidadosamente los diseños de su archivo como el ‘Golden Baroque’ (1991), colección de que desfilaron las modelos de los años 90; Trèsor de la Mer (1992); Animalier (1992) y Butterflies (1995).
Crawford, Bruni, Campbell, Christensen y Schiffer, quienes están entre los 45 y 50 años, recibieron un aplauso unánime cuando cerraron el desfile de Versace con los vestidos de Golden Baroque, ajustados con una malla metálica, que se estrenaron en 1994.
“Gianni vivió cada año de su vida al máximo. A lo largo de su carrera creó colecciones que hoy se siguen considerando una referencia cultural y fuente de inspiración” aseguró su Donatella, al final del espectáculo.